¿MÁS MUJERES POLÍTICAS EN
AMÉRICA LATINA?
[…] en 1990 […] una mujer fue electa
presidenta de un país latinoamericano y estuvo en el gobierno hasta 1996 fecha
en que constitucionalmente su mandato concluyó, fue Violeta Barrios de hamorro
en Nicaragua.
“En cuanto a la presencia de mujeres en los Parlamentos o el
Poder Legislativo de la región, ésta se produjo generalmente tras la obtención
del derecho al voto y de manera lenta y gradual. La primera parlamentaria para
la Cámara de Diputados que resultó elegida fue Carlota Queiroz en 1932 en
Brasil, misma que contribuyó en la redacción constitucional de aquel país en
1934; cuatro años más tarde fue elegida también Berta Lutz, líder del
movimiento de mujeres desde la década de los años 20, y en 1978 la primera
senadora en calidad de suplente asumiendo el cargo dos años después (Valdés y
Gomáriz, 1995)” (Fernández, 1999:46).
ASUMIR LA ACTIVIDAD POLÍTICA
Así como la gama de actividades políticas a las que se dedican
las mujeres varía ampliamente, también lo hacen sus razones para volverse
políticamente activas. En unas entrevistas a fondo realizadas de 1995 a 1997,
con más de 80 mujeres políticamente activas en México (Rodríguez, por
publicarse en el año 2000), así como en otros datos (Camp, 1998; Martínez,
1993; Silva, 1989), se hace evidente que en la esfera formal de la política las
mujeres tienden abrumadoramente a provenir de las clases media y alta, son
altamente educadas y, en muchos casos, pertenecen a familias prominentes en la
política. Por ejemplo, Griselda Álvarez, la primera gobernadora en la historia
de México, proviene de una larga línea de políticos, y su bisabuelo fue el
primer gobernador de Colima. Su padre, también gobernador del estado de 1919 a
1923, tuvo actividades en la Revolución y fue amigo de Venustiano Carranza, y
ella llegó a la gubernatura de Colima en 1979. Para estas mujeres el activismo
político comenzó a una edad temprana, gracias a estar expuestas a la política
en su vida familiar o por medio de la participación
en un grupo organizado políticamente en la universidad.
Las mujeres que se dedican a otros aspectos de la vida política
por medio de movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y otras
organizaciones de base, se vuelven políticamente activas por razones muy
diferentes de las de sus contrapartes femeninas en el gobierno.
Las mujeres mexicanas parecen haber llegado
considerablemente más lejos en la esfera política informal que en la formal, al
menos hasta ahora.
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